Se espera que el Banco Central Europeo (BCE) reduzca los tipos de interés por séptima vez consecutiva el jueves como consecuencia de la preocupación por la atonía del crecimiento económico, intensificada por las agresivas propuestas arancelarias del presidente estadounidense, Donald Trump. Este recorte anticipado de un cuarto de punto del tipo de referencia, hasta el 2,25%, tiene como objetivo reducir los costes de endeudamiento y estimular el gasto y la actividad económica en los 20 países de la eurozona.
El 6 de marzo, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, dijo que el banco podría pausar su ciclo de recorte de tipos. Sin embargo, el anuncio de Trump el 2 de abril de imponer fuertes aranceles a sus socios comerciales mundiales, que oscilan entre el 10% y el 49%, provocó el nerviosismo de los mercados y elevó el temor a una desaceleración económica. El BCE, que subió fuertemente los tipos entre 2022 y 2023 para frenar la inflación, se enfrenta ahora a un reto diferente. La tasa de inflación de marzo, del 2,2%, está cerca del objetivo del 2% y el crecimiento de la eurozona es del 0,2% a finales de 2024, por lo que la atención se ha desplazado a mantener el impulso económico.
Los tipos de interés más bajos pretenden reducir el coste de los préstamos, animando a los consumidores a adquirir bienes y servicios y a las empresas a realizar inversiones, desde viviendas hasta equipos industriales. Los aranceles de Trump, que actualmente están en pausa durante 90 días, incluyen una tasa propuesta del 20% sobre los productos europeos y un gravamen del 25% sobre los automóviles, lo que amenaza la vital relación comercial de Europa con Estados Unidos, su mayor socio. El comercio transatlántico diario de 4.400 millones de euros (5.000 millones de dólares) pone de relieve lo que está en juego, ya que un posible aumento de los costes podría suponer una ralentización del crecimiento o una recesión.
Los analistas esperan que la reunión del BCE en Fráncfort dé prioridad a contrarrestar estas incertidumbres relacionadas con el comercio. El recorte de tipos es una medida proactiva para proteger a la zona euro, y a la industria automovilística, de las repercusiones arancelarias. Pero la suspensión temporal de los aranceles crea incertidumbre, lo que puede retrasar las decisiones empresariales mientras las empresas esperan a que se decidan los tipos definitivos. Los economistas de Berenberg Bank predicen que las negociaciones pueden reducir los aranceles al 12% a mediados de 2025, todavía por encima de los niveles anteriores a Trump, y los aranceles del automóvil siguen siendo una amenaza persistente.
El BCE se mantiene alerta ante las políticas de Trump. La relajación de la política monetaria del banco pretende mantener la confianza y el crecimiento, pero el resultado depende de la evolución del comercio mundial. La resistencia económica de Europa se pondrá a prueba mientras navega por este turbulento panorama, equilibrando las prioridades nacionales con las presiones externas.