BlackRock, junto con Vanguard y State Street, presentaron una moción ante el tribunal federal para desestimar la demanda antimonopolio, que calificaron de "sin precedentes, poco sólida y sin fundamento".
La demanda iniciada por Texas y otros doce estados alega que las gestoras de activos BlackRock y Vanguard y State Street han utilizado su activismo accionarial centrado en el clima para manipular los mercados energéticos y aumentar los costes de los servicios públicos. Los estados afirman que estas empresas utilizaron su autoridad de voto por delegación para obligar a las empresas de carbón a reducir la producción, manteniendo al mismo tiempo sus inversiones en combustibles fósiles.
El abogado de BlackRock Gregg Costa, de Gibson Dunn, explicó al tribunal que los demandantes carecían de pruebas suficientes para demostrar el perjuicio a la competencia en el mercado. El tribunal escuchó que no existían pruebas que demostraran que las empresas trabajaban juntas para controlar las decisiones de producción o utilizaban las votaciones por delegación para limitar la competencia en el mercado, según Costa.
Los abogados de los estados sostuvieron que cualquier mención de las cuestiones climáticas por parte de estas empresas podría provocar cambios en las decisiones estratégicas corporativas. Según Brian Barnes, de Cooper & Kirk, que representa a los estados, "las declaraciones de estos demandados sobre la estrategia de mercado tienen claramente el potencial de influir en las decisiones de salida."
La decisión determinará la forma en que los grandes gestores de activos gestionan la defensa de los accionistas en relación con el cambio climático, ya que controlan aproximadamente 27 billones de dólares en activos.